Los preparados farmacéuticos de muérdago pueden ser usados en muchas enfermedades tumorales. Están disponibles en forma de ampollas inyectables y no son aptos para la administración oral en forma de comprimidos o cápsulas, ya que pueden perder su efecto en el tracto digestivo.
Existen diferentes formas de aplicación para la inyección:
El uso subcutáneo (inyección debajo de la piel) es la forma de uso oficialmente registrada. En la mayoría de los casos, el tratamiento se realiza de esta forma.
A veces se consideran además otras formas posibles de aplicación, en el sentido de la denominada aplicación off-label.
En la aplicación subcutánea, por lo general se inicia con una dosis gradual a una concentración baja y se aumenta progresivamente según la reacción (ver más abajo).
La primera inyección debe realizarse bajo la supervisión de un médico(a) para observar la reacción a la misma. Más tarde, puede administrarse la dosis usted mismo en su hogar o que su pareja u otra persona de apoyo le ayude a administrar la dosis.
Ud. puede comenzar inmediatamente con la terapia de muérdago, tan pronto como sepa que tiene cáncer, incluso antes de la cirugía, así como antes o durante la quimioterapia, radioterapia, la terapia hormonal, la terapia con anticuerpos. Por lo general, estas terapias convencionales se toleran mejor cuando se aplica muérdago.
Ud. puede acceder mediante los siguientes enlaces a informaciones sobre el uso de la terapia de muérdago en niños y sobre el correcto almacenamiento de las ampollas inyectables.
Si la terapia con Muérdago se realiza en paralelo con la radioterapia, la inyección no debe aplicarse en la zona irradiada, ya que de lo contrario la piel puede inflamarse fácilmente.
Después de una cirugía, no debe inyectarse en el campo de la operación, para no perjudicar la cicatrización.
Tampoco deben aplicarse las inyecciones sobre cicatrices existentes. Si padece actualmente una infección febril, debe interrumpir su uso hasta que la infección haya remitido y su temperatura corporal se haya normalizado.
La terapia de muérdago es muy combinable: con quimioterapia o radioterapia, así como con terapia hormonal o de anticuerpos. Precisamente en esta combinación la terapia de muérdago ha demostrado su eficacia, porque puede aliviar los efectos secundarios de estas terapias, a menudo muy desagradables, sin afectar su eficacia. y por que puede resultar en que la dosis de la terapia estándar se mantenga y no se interrumpa prematuramente. La duración de la terapia de muérdago se determina individualmente. En caso de una terapia de mayor duración, es posible hacer pausas, que se puede extender a medida que aumenta la duración de la terapia.
Cada terapia de muérdago es una terapia individual - no existe un esquema que se aplique por igual a todos los pacientes con cáncer. Hay personas que reaccionan fuertemente a dosis muy bajas y otras que necesitan una dosis más alta o un preparado farmacéutico diferente para mostrar la reacción deseada. Una dosis óptima puede reconocerse por las siguientes reacciones:
Importante para la elección del preparado farmacéutico adecuado es además el conocimiento y la experiencia del médico tratante.
El curso de la enfermedad o la reacción a un preparado farmacéutico de muérdago puede hacer que sea necesario cambiar de un preparado a otro durante el tratamiento, de modo que no es aconsejable de comprometerse con un solo preparado farmacéutico.